Te proponemos atravesar el tiempo para volver a las calles y lugares de la Zaragoza heroica, la Zaragoza que plantó cara a los Ejércitos de Napoleón. Pero nuestro viaje es especial, porque viajaremos en un medio que salvará sin esfuerzo los doscientos años que nos separan de nuestro objetivo: las bicicletas eléctricas, el nuevo y divertido transporte sostenible.

Monumento al “Tío Jorge”

Nuestra compañía en esta expedición también será única: un campesino del Arrabal que ha traído al general Palafox hasta Zaragoza; una joven que ha hecho frente con un palo a la caballería polaca; o un tal Mariano Cerezo, que protagoniza fantásticas apariciones por las calles de Zaragoza cuando cae la noche… ¡armado con una espada y un escudo! Y por supuesto, vendrá con nosotros el Vigía del Campanario, que desde su privilegiada atalaya, conoce todos los detalles del terrible cerco al que los franceses han sometido nuestra querida ciudad del Ebro.

Primeramente, y desde el Molino Viejo de San Lázaro, nuestras rápidas bicicletas zigzaguearán por esas calles del Arrabal que han permanecido momificadas a lo largo de los siglos. Cruzaremos un hermoso parque que fue en otro tiempo emplazamiento de eficaces baterías artilleras, y bordearemos a continuación las agradables orillas de Macanaz… ¿Sabes lo que se esconde bajo sus bucólicas zonas verdes?

Cruz de Basilio en el Puente de Piedra

Los franceses vuelven a atacar por el Sur de Zaragoza, y a la llamada de las campanas que tocan a remate, nosotros cruzaremos el histórico Puente de Piedra, donde existen hoy dos monumentos que recuerdan Los Sitios de Zaragoza. Uno es la cruz de Sas y Boggiero, ¿Sabes cuál es el otro? Una pista: es típicamente aragonés, pero solo tenemos ese en nuestra ciudad.

Haremos una parada en el Pilar, que también guarda un secreto de aquellos trascendentales hechos, y pedalearemos luego hasta el lugar desde el que nuestro vigía avisa de los ataques y bombardeos a los zaragozanos. ¿Lo conoces? A diferencia de Agustina de Aragón, es un personaje muy camaleónico y siempre pasa desapercibido, pero como vigía que es, puede contarnos mucho acerca de la mayor de las batallas zaragozanas.

Monumento a “Agustina de Aragón” en la Plaza del Portillo

Por San Pablo, el barrio de los héroes y heroínas por excelencia, seguiremos nuestra ruta hasta el Portillo, la puerta que defendió una sola mujer… ¡Sí, Agustina Zaragoza!, y muy cerca de allí, nos toparemos con el único jinete zaragozano que nunca descabalga, ¡todo un mito!

La siguiente parada la realizaremos en un monumento muy especial, porque es la única de las doce puertas zaragozanas que queda en pie, ¡y no será por gozar de una vida tranquila!… Pero nosotros sí le dejaremos descansar, y en vez de cruzarla, acortaremos por el centro para llegar al lugar donde se encuentra la plaza que mejor homenajea a los Sitios… ¡Claro!, la Plaza de Los Sitios, ¿Sabías que en su día fue como las terrazas de la Expo de 2008?

Monumento de Los Sitios de Zaragoza

Pero nuestra ruta ha de seguir, porque persisten los franceses en conquistar nuestra ciudad. Y descubriremos entonces los lugares cruciales de la batalla, donde aún quedan las huellas de las calles por las que entraron los franceses a sangre y fuego… ¡Cuánto queda impreso en ellas de aquellos días de hace más de 200 años!

La batalla ha sido muy dura y pactamos una tregua con el francés. Así, bajamos el Coso con nuestras bicicletas, cruzamos de nuevo el Ebro por el Puente del pilar, y finalizamos en el lugar de salida… ¡Cuánta historia!, ¡Cuántas emociones!… Juntos, descubrimos que recordar la defensa que hicimos de nuestra ciudad, es defender nuestra Historia.

INSCRIPCIONES (PLAZAS AGOTADAS)