Seguramente en alguna ocasión habréis visto colgadas en los espejos retrovisores de coches, en cascos de motos o en bicicletas, una pequeña cinta de colores llamativos. Los zaragozanos conocen bien esta tradición, pero para los foráneos es posible que no lo sepan. Pues bien, estas cintas representan la Medida de la Virgen del Pilar de Zaragoza.
Consisten en un trozo de seda de 40 x 2,5 centímetros en la que está impreso un dibujo geométrico equivalente a la altura de la Virgen de 36,5 centímetros como lo expresa el texto grabado. El color de la cinta carece de significación especial. Se representan en diversos colores para satisfacer las preferencias de los fieles a la Virgen del Pilar.
El origen de esta cinta se remonta al siglo XVII. Parece ser que existía la tradición de la cesión de los mantos de la Virgen a los enfermos que lo solicitaban quedando así “bajo la protección de la Santísima Virgen”. Los mantos de la Virgen del Pilar no cumplen únicamente la misión de adornar la Imagen y la Columna, sino que también se facilitan a los enfermos, como lo demuestra una solicitud fechada en 1677. Se ceden por el tiempo que dura la gravedad de la dolencia para que el enfermo viva de forma positiva y santificante el proceso de su enfermedad.
Debido a la gran demanda y a las dificultades que suponía el envío de estos mantos a personas residentes fuera de la capital, se empezaron a fabricar cintas de tela o de papel con las medidas de la talla de la Virgen del Pilar. La primera referencia documentada data de 1621 en un escrito que se conserva en el Archivo y en el que los Jurados de Zaragoza prohiben a mercaderes y ciudadanos la comercialización de esas medidas, reservando ese derecho exclusivamente al Cabildo zaragozano bajo pena de 60 sueldos jaqueses. En el siglo XVIII se encuentran noticias sobre limosnas que los fieles daban al adquirir las cintas (en tela o papel) de distintos colores.
En nuestras bicicletas eléctricas, como elemento distintivo, entre otros, llevan también una cinta con la medida de la Virgen del Pilar, de diferente color.
Las cintas de la Virgen del Pilar simbolizan el manto de la Virgen. Con el paso del tiempo, la devoción de los fieles ha ampliado su capacidad de servicio para favorecer su vinculación a la Virgen del Pilar. A mediados del siglo XX se amplió su “ámbito de actuación”. De estar destinadas a la protección de los enfermos, la medida se trasladó a los conductores. Las principales son:
- Para los enfermos: acompañados por Nuestra Señora del Pilar, consuelo y fortaleza en el sufrimiento.
- Para los viajeros: compañía fiel y santificante en los desplazamientos.
- Para los zaragozanos residentes fuera de la ciudad: vínculo de unión con “La Pilarica” en la distancia.
- Para los visitantes de Zaragoza: como recuerdo de la visita a la Virgen del Pilar.
Hoy en día, las Medidas de la Virgen, en diez colores y dos con la bandera española y de Aragón, se ofrecen a devotos y peregrinos que visitan la Basílica del Pilar. Las cintas se dejan una noche apoyadas en la imagen de la Virgen del Pilar y se las bendice, se dice que son pequeños mantos para el que los quiera llevar cerca. Así continúa esta secular y sentida tradición.
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