Nuestra segunda etapa del Camino del Cid parte del mismo corazón de Teruel, en la plaza del Torico.
Desde allí partimos con cuidado para llevar una de las bicicletas a uno de los talleres que hay. Nos recomiendan Solobici Teruel, tienda taller donde tras unos ajustes nos vuelven a dejar la bicicleta eléctrica como nueva.
Cogemos la Vía Verde Ojos Negros, antiguo trazado ferroviario que une Teruel con la costa Valenciana que ha sido perfectamente acondicionada para ser recorrida por otro tipo de viajeros: cicloturistas, caminantes y personas con movilidad reducida. Nos sorprende su buen estado de conservación y gran belleza paisajística. Atravesamos diversos viaductos, túneles y estaciones abandonadas que nos teletransportan a otra época y nos hacen conectar con la naturaleza que nos rodean.
Nuestras bicicletas Neomouv Montana nos hacen disfrutar del recorrido, permitiéndonos llevar un buen ritmo de pedalada y un esfuerzo óptimo. A pesar de llevar este tipo de ayuda, no dejamos de realizar un esfuerzo moderado, por lo que es aconsejable realizar el cicloturismo en bicicleta eléctrica en buen estado de forma.
A unos 40 kilómetros de iniciar nuestra etapa vemos acercarse unas nubes negras y empieza a chispear, paramos a comer en La Puebla de Valverde, esperando a que amaine la tormenta. Después de comer, donde aprovechamos para cargar las baterías, continuamos por carretera hacia Mora de Rubielos, nuestro destino, donde nos alojamos en el Hotel Mora (50 euros habitación doble).
Aprovechamos y visitamos Mora de Rubielos, enclavada en la Sierra de Gudar, que tiene un gran interés monumental y cultural, por lo que recomendamos parar en esta localidad y visitarla.