Este pulmón verde de Zaragoza, el Parque José Antonio Labordeta, está situado al sur de la ciudad y fue inaugurado el 17 de mayo de 1929 por Miguel Primo de Rivera, aunque fue diseñado y construido entre los años 1913 y 1927.
Denominado ahora Parque José Antonio Labordeta, en homenaje al político, cantautor y poeta aragonés que falleció en 2010, anteriormente llevó el nombre de Miguel Primo de Rivera. Popularmente es conocido como Parque Grande.
El acceso principal al parque se encuentra en el Puente de los Cantautores sobre el Huerva, anteriormente denominado 13 de Septiembre, que da paso a la avenida de San Sebastián, jalonada fuentes ornamentales, parterres y jardines de inspiración versallesca.
Un paseo por el parque sea a pie sea en bicicleta no dejará de sorprendernos. En él hallaremos rincones culturales, históricos y paisajísticos de notable interés.
Situado aledaño al paseo de San Sebastián el Jardín Botánico, también llamado Jardín Botánico Javier Winthuysen , además de especies vegetales, tiene unos moradores muy populares, sobre todo entre los niños. Patos, cisnes y pavos reales campan a sus anchas en este recinto, intentado llamar la atención de las personas para que les dediquen unos minutos de su tiempo. Si se va en primavera, el espectáculo incluye a las crías que acaban de nacer y que curiosas siguen a sus madres. Por suerte, el estanque está vallado, para evitar que los más pequeños terminen con los pies mojados y teniendo que acabar la jornada antes de tiempo.
A principios del siglo XX el principal objetivo del jardín botánico era el de efectuar pruebas de aclimatación de las especies que pretendían lucir en calles y plazas de la ciudad. En 1924, llegó a la ciudad el pintor y paisajista Javier Winthuysen, joven entusiasta de los parques y jardines de España y estudioso de las novedades internacionales en la materia, remodelo el Jardín Botánico y otras zonas del Parque Grande.
Otro lugar no menos interesante es el Rincón de Goya, obra creada, en el año 1927, por el arquitecto zaragozano Fernando García Mercadal, fue la primera obra de concepción racionalista que se realizó en España. Este espacio fue concebido como un importante centro cultural y educativo, con una sala de exposiciones y una biblioteca pública. Sin embargo, la Guerra Civil, supuso que se paralizara su actividad. En 1945, el edificio fue cedido a la Sección Femenina del Movimiento, que lo transformó radicalmente. Más adelante, pasó a ser el colegio público San Benito, para, finalmente, ser intervenido en 1983, para devolverle su aspecto original, y convertirse en los años 90 en un centro de educación especial.
En el parque se encuentran monumentos que antes ocupaban un lugar muy importante en el casco urbano de Zaragoza. Uno de ellos es la fuente de Neptuno, también conocida como la de la Princesa. Fue construida en la Plaza de San Francisco (actual Plaza de España) en 1845 en conmemoración del juramento como princesa heredera de la futura reina Isabel II. Esta fuente era la encargada de abastecer de agua a la localidad hasta 1902 cuando fue sustituida por el Monumento a los Mártires. Otro enclave que se trasladó desde otro punto de Zaragoza al parque es el Quiosco de la Música, diseñado por los hermanos José y Manuel Martínez de Ubago con motivo de la Exposición Hispano Francesa de 1908. Se situó originariamente en el entorno de la Plaza de los Sitios y después se movió hasta el Paseo Independencia. Finalmente se decidió situarlo en el Parque Grande, siendo el único pabellón que ha quedado de aquella exposición. Hoy en día se celebran en este lugar festivales de bailes de salón y regionales, y también pequeños conciertos de música.
A lo largo del parque se encuentran más de 20 monumentos y estatuas dedicados a personajes de importancia como Simón Bolívar, Doctor Cerrada, Paco Martínez Soria, Miguel Fleta, Rubén Dario …
En este espacio se puede también disfrutar del paisaje. Una de las más bellas vistas de Zaragoza, se puede observar desde el mirador del Cabezo de Buenavista. Para ello hay que subir las escalinatas blancas y observar cómo cae el agua en las cascadas. Una vez arriba, después de visitar el imponente monumento a Alfonso I el Batallador (quien reconquistó la ciudad de Zaragoza 1118), inaugurado en el año 1925 con motivo del octavo centenario de la reconquista de Zaragoza, descansad sobre la barandilla. Allí los ojos caerán hacia abajo para ver la belleza del Paseo de San Sebastián con sus fuentes, rosas y jardines y para descubrir a lo lejos una torre de metal y ladrillo. Ésta formaba parte de la antigua Feria de Muestras de Zaragoza. De noche, también puede servir para disfrutar del espectáculo de luces y agua de las fuentes del Paseo San Sebastián.
Como todo parque, este no iba a ser menos, es utilizado por los zaragozanos para hacer ejercicio. No es raro ver a runners que corren solos o en grupos (muchos equipos hacen aquí la pretemporada), patinadores, skaters, ciclistas… Tampoco faltan grupos que hacen yoga, taichi, recreación de luchas medievales, malabares, bailes… A lo largo del parque hay estructuras para realizar estiramientos y ejercicios para completar los entrenamientos. También hay un espacio, junto al Huerva, con un gimnasio para personas mayores, con aparatos pensados para ellos. Además, durante todo el año, una vez por semana, se realiza una actividad deportiva promovida por la Sociedad Aragonesa de Cardiología y el Ayuntamiento de Zaragoza. Se denomina Parques con Corazón y consiste en una quedada, dirigida por voluntarios para caminar unos 40 minutos. Para participar sólo hay que acudir al punto de salida -la entrada del parque en el Paseo San Sebastián- a la hora prefijada. El horario de es de lunes a viernes a las 19:00 en primavera y verano y a las 17:00 en temporada de otoño e invierno. También dentro del parque está el Centro Deportivo Municipal Salduba, con piscina en verano y con un pabellón con pistas para diferentes deportes.
Este lugar es ideal para aventurarse en el mundo de la bicicleta. Y más ahora con la bicicleta de pedaleo asistido la oferta se extiende a todas las edades. Los fines de semana muchos padres, tíos o abuelos acompañan a los más pequeños hasta aquí. Bien pueden llevar su propia bicicleta o alquilarla. Si no se quiere andar o circular en bicicleta, pero sí moverse por el parque otra opción es subirse al tren del parque (sin horario fijo) que recorre las principales arterias del espacio. La estación donde montarse está en el Paseo de los Plátanos.
En el parque existen dos museos que os trasladarán mentalmente hasta el Pirineo o la Sierra de Albarracin. Junto a la entrada principal, en el Puente 13 de septiembre o de los Cantautores, se ubican dos edificios que forman parte del Museo de Zaragoza. Uno de ellos es una casa de montaña que recuerda a las que se encuentran en los valles de Benasque, Ansó, Hecho y la Sierra de Guara. En su interior hay una amplia colección etnológica que incluye elementos de labranza e indumentaria aragonesa. El otro edificio, que se inspira en la arquitectura de Albarracín, alberga la sección de cerámica del museo. La entrada en ambos es gratuita. Abren los martes y sábados de 9:00 a 14:00 y los domingos de 10:00 a 14:00.
El Parque es ideal para disfrutar del arte fotográfico. Por eso durante muchos años ha sido un emplazamiento elegido para fotos de bodas y comuniones de muchos zaragozanos. No es raro, en temporada, descubrir novios posando en las escalinatas del Batallador o en otros rincones del parque. Con el tiempo cada vez menos parejas lo escogen, pero sigue teniendo su encanto. También es un buen sitio para aprender a hacer fotos, experimentar fotografiando palomas en movimiento, deportistas corriendo, escenas de vida diaria…
Este pulmón verde invita a sentarse en sus bancos con un periódico o un libro, a sacar a pasear a las mascotas, a hacer un picnic, a tomar el sol,… El parque es un espacio para los ciudadanos para que puedan disfrutar de un ambiente tranquilo en pleno casco urbano. Un enclave para ello es el ya descrito Rincón de Goya, especialmente popular entre la gente joven. No es raro ver a grupos de amigos con una guitarra cantando, jugando a fútbol o tranquilamente tumbados sobre el césped. Otro paraje lleno de paz es el Jardín de Invierno, en la parte alta. Está menos transitado y tiene un ambiente especial. Igualmente el parque cuenta con varios bares y terrazas donde disfrutar de una buen refresco, café o tentempié. Algunos son famosos por su carne a la brasa como el Merendero Buenavista o por su terraza como Las Ocas.
El Parque es un ente vivo que está en constante movimiento. Cuenta con espacios como el Aula de Naturaleza, desde donde se organizan actividades relacionadas con la naturaleza, que incluyen talleres y exposiciones. Igualmente todos los años se organizan actividades como la Ruta de las Aves (primavera) o el Día del Parque (último fin de semana de mayo o primero de junio). Asimismo, el Parque es un importante escenario durante las Fiestas del Pilar y alberga regularmente carreras populares y pruebas deportivas.
Os recomendamos este fantástico blog con las especies ornamentales del Parque, donde se pueden ver todas las especies de flora que tiene a través de infografías, fotografías y mapas, no sólo del Parque José Antonio Labordeta, sino de otros parques de Zaragoza.
Parque Grande José Antonio Labordeta